Mi chica de rojo
estaba, sentada en un palomar
y llegó un lobo
furioso queriéndola devorar,
pero en los cielos
volaba, una inmensa águila real
que avizoró la
tragedia y presta se fue a ayudar
a la pobre catirita que
ya empezaba a gritar
y el lobo en feroz
carrera, a su lado fue a parar…
¿Qué te pasa
Caperuza, pareces una demente,
dime por qué estás
gritando, de esa manera indecente?
yo no como
muchachitas, porque soy vegetariano,
mejor cuídate de
aquella, que viene en veloz picada,
y por la forma de
hacerlo, de seguro… no te falla!
Y la hermosa
muchachita, grita y grita sin parar,
y no por temor al
lobo; sino porque sabe hablar!
Pero en medio de sus
gritos, la niña empezó a pensar…
si de verdad era el
ave quien la podía maltratar!
y la llamó
dulcemente, con una muy tenue voz,
y el águila desde
arriba… sólo una sonrisa echó!
Ven corre caperucita,
protégete del rapaz,
no come desde hace
tiempo, esa si te va a fregar!
sino te escondes
ahora, de seguro morirás
por los fuertes
picotazos que de seguro te hará.
La chica sólo
pensaba, que aquél la estaba engañando
pero ya no había más
tiempo, el ave se está acercando!
dejó la cesta en el
bosque, corrió y corrió sin frenar
y a una cueva
pequeñita, la chiquilla fue a parar,
se salvó de
milagrito! Pero se fregó la abuela,
ya que no pudo
entregarle la cesta que dejó afuera.
Desde entonces
caperuza, del lobo se enamoró
y andan juntos por el
bosque, prodigándose su amor…
y cuando sale la
luna, eso sí… la luna llena,
canta el lobo
enamorado y llega a la casa de ella,
aullando su serenata,
de forma desafinada
y caperuza encantada
se asoma por la ventana
Como verán no era el
lobo, tan fiero como lo pintan
y caperuza tampoco,
era una niña bendita.
Y colorín colorao!
estos versos se acabaron,
si le ha gustado la historia… sonría que no es
pecado…
Autora: Iris Ponce
Inspiración Visual
Mil Mitol.Univer.Poético
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