miércoles, 4 de septiembre de 2013

REGRESA...


REGRESA…

Desesperada y cansada  de correr hacia la playa,
llegué tan sólo implorando deseando volverte a ver,
buscaba más no te hallaba y se me iba la vida
sintiendo que te perdía, y no por otro querer.

Y vi cómo te alejabas de la orilla de la playa
sumergiéndote en las aguas de aquel imponente mar,
presentí que te me ibas, después de haberte querido
de una manera tan loca, como  nadie te amará.

Por más que grité tu nombre suplicando que volvieras,
por más que imploré mil veces que me voltearas a ver
no hiciste mínimo caso y te seguiste adentrando,
hacia las aguas profundas de ese mar que tanto amé.

Tu condena fue implacable, tú mismo te sentenciaste,
a morir sin más delito que el que la vida te da,
no pensaste que te amaba, que me dejabas tan sola
como tú te quedarías en lo insondable del mar.

Y allí me quedé  yo sola, viendo perderse tu cuerpo
en ese mar que hasta anoche a los dos nos arropó,
mar… devuélvelo te pido, regresa lo que he perdido,
saca de ti lo prohibido, libéralo del dolor.



Autora: Iris Ponce

Septiembre 4, 2013