PENUMBRAS…
Cae la tarde, llega la penumbra a nuestra alcoba,
se encienden las alarmas del deseo y la pasión
en dos cuerpos siempre sedientos de besos y caricias.
Mi cuerpo, se pliega despacio al tuyo en una suave danza,
lenguaje silente que incita a la urgencia del encuentro,
del deseo, del saber que pronto será arropado con tu
fuerza.
Tú, callado, sonriente, cubres mi cuerpo con tus fuertes brazos
sintiendo en la quietud de la noche, lo agitado de mi respiración,
sabes que muero al sentir tu contacto y lo disfrutas…
Poco a poco me desnudas, tocando y besando suavemente,
tu lengua, recorre despacio cada gruta descubierta a su
paso,
gimo al roce que me anuncia que pronto llegarás a mi
centro.
Paras e inicias de nuevo la secuencia… me miras, sonríes
sabiendo me enloquecen tus caricias, suspiro y de pronto!
siento tu cuerpo en mi cuerpo, adentrándose en lo
profundo.
Me aferro a ti, besas mi boca sorbiendo mi esencia…
rítmicamente sucumbimos al disfrute del contacto,
llega la noche y nuestros cuerpos exhaustos reposan.
Solo unas horas separan
la noche del día
y sigo aferrada a tu cuerpo, mi pecho en el tuyo
pensando que ya pronto, todo acabará.
Suspiro… lánguidamente me entrego al sueño y en él
vuelves a aparecer, colmando mis ansias, mis deseos,
porque tú y solo tú, logras despertar mis ganas de amar.
Autora: Iris Ponce
Noviembre 22, 2013
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