… Y LE DEJÓ
Se fue el hombre que
adorabas
el que te llenaba
plena
cubriéndote de
caricias
calmando todas tus
penas
cuando envueltos en
fragancias
de rosas y de
azucenas
te prodigaba su amor
en esas noches
serenas.
Se fue llevándose
todo
dejando tu alma en
pena
sufriendo por sus
mentiras
angustiada por la
espera
al ver que pasan las
horas
y la puerta que no
suena
recostada a la pared
rezando que
apareciera.
No sufras por ese
amor
pues ya no vale la
pena
ya vendrá ese ser que
anhelas
ese que de amor se
muera
con quien podrás
disfrutar
todas las cosas que
sueñas.
Despiértate niña mía!
que la pena es
pasajera.
Autora: Iris Ponce
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